miércoles, 9 de septiembre de 2015

Infinitamente

Confundir el amor con la obsesión es uno de los males más recurrentes y que más nos cuesta identificar,  ya que una vez que nos encontramos en un lapso de obsesión nunca sabremos cuándo hay que decir adiós, se pueden acumular miles de fracasos y continuar en la misma ruta infinitamente… insisto, infinitamente. La prueba inequívoca es el Cruz Azul, cada inicio de torneo es el club más presionado por conseguir el campeonato,  y al menos en los últimos 18 años, uno de los que peores decisiones toma. Incapaz de manejar esa presión y hacerla una exigencia positiva para que sus jugadores realmente sientan la motivación de ganar, la prueba clara es el presente torneo: contrataciones que llegan tarde, refuerzos que no funcionan, técnicos sin variantes, presidentes deportivos que parecen faltos de carácter, y claro, resultados que no llegan. Evidentemente, como todo en la vida, no se trata de renunciar con las primeras complicaciones pero si saber cuándo no podemos hacer más  y es mejor buscar un nuevo lugar para conseguir los mismos objetivos. Dejar una presidencia deportiva, cambiar de equipo en busca de minutos, usar la trayectoria como jugador para seguir activo en otro giro; hay miles de caminos que se pueden seguir para tratar de lograr llegar a la meta que originalmente nos trazamos, pero pensar que hacer lo mismo nos llevará a algo diferente es el error más común… y eso es lo que lleva haciendo infinitamente Cruz Azul. Personalmente desde que se anunció al nuevo director técnico decidí sacrificar años de lealtad incondicional y apoyar de “lejistos” (no me importa si el termino existe o no, es mi forma de describir el no apoyo incondicional), de alguna forma ser aficionado también tiene como obligación cuestionar y castigar las malas decisiones, no sólo es solapar y amar infinitamente
NOTA: El método está comprobado, a mí me ha funcionado (sobre todo) con la selección mexicana.
La hora del diablo
23:30 horas serán aproximadamente cuando haya finalizado la pelea de Miguel Ángel Cotto y Saúl 'Canelo' Álvarez, para ese momento ya sabremos si Saúl ha podido ganar y consagrar su carrera, dejando de lado todo eso que en años anteriores había quedado a deber, y por fin se encarrila a convertirse en ídolo del boxeo nacional. ¿Ídolo?, si… ídolo, en México sobra boxeadores pero faltan figuras, al menos desde que la edad alcanzo a Juan Manuel Márquez no hemos podido ver un verdadero pugilista que pueda combinar talento, carisma, club de fans y detractores. Los deportistas mexicanos pueden saber que están haciendo bien las cosas cuando tienen el mismo número de seguidores que de descalificadores, para ejemplos están Javier Hernández, Ana Gabriela Guevara y Julio Cesar Chávez, los 3  tuvieron que “pelear” contra sus opositores para dejar claro que podían competir y ganarle a los mejores del mundo ¿Cuál fue su éxito?... ganar, ganar y ganar. Si ocurriera todo lo contrario y “el canelo” perdiera, seguramente su carrera tomará un rumbo donde ya le será difícil regresar, sus detractores aprovecharan para remarcar que su trayectoria fue construida por las televisoras en lugar de ganada en los cuadriláteros. Es así como como Saúl tendrá una cita con el diablo al enfrentar a Cotto, estará ante  la oportunidad de perder y ser un peleador más o  ganar y vender su alma a la eternidad de los ídolos nacionales; veremos que elige.
Ponme mi rola
La canción para escuchar este fin de semana es La bestia pop, magnifica canción de patricio rey y sus redonditos de ricota… dense la oportunidad
Saber seguir

Hay que leer a @rafaramosESPN, opiniones muy buenas y con un toque de humor