Cuando muchos de los boxeadores se aproximan al final de su carrera y se dan cuenta que no pudieron dar ese salto de calidad o notan que no ganaron esa “gran pelea” que les diera la fortuna que promete el pugilismo, empiezan a buscar esa otra pelea. La pelea que le garantice la fama, dinero o sea el escalón para que su contrincante pueda llegar al estrellato, ¿Cuál es la condición?... ¡dejarse caer! o dicho coloquialmente: perder intencionalmente. Existen muchas historias sobre figuras que “compraron” esa pelea o les pusieron ese impulso que a la postre les consiguió un combate de campeonato, ninguna de ellas se puede garantizar y pasan a ser más anécdotas que hechos comprobables. Lo mismo sucede en el fútbol, jugadores que pensábamos serían estrellas y todos reconocerían como “la figura” se quedaron en promesas y nunca pudieron consagrar una carrera que los pusiera al nivel de las máximas figuras mundiales, el caso más reciente es Giovanni Dos Santos. El ahora jugador del Galaxy de Los Angeles formo toda su carrera en Europa, debuto en el Barcelona y al no tener oportunidad acepto un contrato sólido en Inglaterra, con los Tottenham Spurs, en donde no tuvo éxito e inicio un peregrinaje por varios equipos hasta terminar en el Villareal de España. Personalmente, nada que destacar de la carrera de Dos Santos en Europa. Él sabe que de Europa ya no llegarán los contratos millonarios o la invitación para un club grande, es mejor “dejarse caer” y aceptar la invitación a un fútbol sin presión, con fama local y que solo se juega medio año. Ahora Giovanni será comparsa de otros que buscan la “gran pelea”, la decisión le será muy cuestionada por quienes piensan que aún tenía madera para brillar en un fútbol de alto nivel. La sugerencia sería que antes de emitir algún juicio sobre el tema, sacáramos conclusiones y nos contestarnos ¿hicimos todo lo que teníamos que hacer para sobre salir en nuestros empleos, educación y actividades diarias? ó ¿nos hemos dejado caer algunas veces por qué pensamos que era más sencillo o cómodo?
Golpe de realidad
Jorge Kahwagi, el empresario y político mexicano de 47 años,
volvió a pelear y ganar “contundentemente”. Se le vio un físico de gimnasio, se
dice que hasta producto de implantes y varias cirugías, honestamente me pareció
más de actor de acción que de boxeador de pesos pesados. Independientemente del
físico, bastante disparejo entre ambos contrincantes, la pelea resulto una burla
al grado que algunos aficionados empezaron a reírse, hasta que finalmente Jorge
noqueo a su rival y pudo conservar su record invicto. Al final todos los individuos
somos libres de hacer con nuestro dinero lo que mejor consideremos, pero
¿intentar boxear a los 47 años?, sé que
existen muchos casos donde el dinero construyo carreras deportivos o artísticas,
pero a todos eso les llego su golpe de realidad y optaron por el retiro.
Sinceramente no puedo culpar a alguien por tener dinero de
sobra y querer cumplir su sueño, lo que si podemos criticar es querer vender
una mentira como algo sobresaliente ¿Qué pasaría si Jorge Kahwagi en lugar de
arreglar una pelea se entrenará a un contrincante en iguales condiciones?,
seguramente perdería, pero me parece las criticas sería por su falta de talento
deportivo, no por su deshonestidad al boxeo.
Espero algún día tener los medios para poder armar un
partido con estadio lleno, darle un bono a Rafael Márquez para que no me marque
como se debe, comprarle un auto nuevo a Messi para que me dé el pase justo y que Casillas
recuerde esas vacaciones pagadas en Cancún que le prometí por dejarse anotar
ese tiro cruzado… para celebrar el gol me iría hacia la porra, de acarreados, y
celebraría como si estuviera seguro que todo no es una farza… Si pudiste
imaginarlo, ahora entiendes que tan ridícula fue la pelea de Kahwagi.
Ponme mi rola
Hay que escuchar pronta entrega de Virus y Adrian Dargelos, una joyita
Saber seguir
Me gusta la cuenta de @PlaysOfTheWeek,
no todo es fútbol y esta cuenta ayuda bastante a seguir otros deportes
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